CUANDO TAN SOLO DOCE METROS SE TRANSFORMAN EN KILOMETROS

Por tercera vez en el torneo, el destino puso al Cokeado a 12 pasos de la gloria... o de la nada (Esa rara sensación de no sentirse por encima de otros once equipos, sino por debajo de uno). Por supuesto que con el tiempo el logro de ser segundo, en un campeonato de trece equipos muy parejos, se aprecia y mucho. Pero el momento en que se pierde una final, y mas aún por penales, es la peor catástrofe conocida por un futbolero que se precie de tal.
Varias sensaciones encontradas inundaban el ambiente del bajo. La felicidad de haber llegado, el miedo de perderlo todo; la sensación que se podía en los setenta, la decepción porque no se pudo; el orgullo de sentirse el mejor, las ansias por demostrarlo... Con dos equipos que habían ganado sus grupos, que habían jugado un partido de antología, con todos lo condimentos de una verdadera final, y a los que sólo doce metros los separaban de la gran victoria.
Empieza la serie de penales: Sorteo, y arránca pateando Galácticos.


Ezequiel elige su derecha y queda a medio camino de la estirada, 0-1 abajo.

Es el turno del Goleador. Toma carrera, y con la tranquilidad que lo caracteriza engaña al guardameta. (No mira hacia la cámara porque esta enemistado con la prensa)

Segunda oportunidad de ponerse la ropa de héroe para el 1 Cokeado. Adivina el palo pero el tiro es muy potente, 2-1 abajo, y a guardar la capa.

Si no puede ser atajando que sea pateando, pensó el “Equi”. Impacta el balón con vehemencia, pero le da muy abajo, la pelota viaja por arriba del travesaño y los sueños de campeonato caen varios escalones. La imagen lo dice todo, la cara entre los guantes como atajando el grito de bronca.