MUTUAL SE QUEDO SIN COBERTURA EN LOS PENALES, Y EL COKEADO SE METIO EN LA FINAL. “NO SE PREOCUPEN, QUE RECETARIO EN MANO EL AÑO QUE VIENE POR AHÍ HAY REEMBOLSO”.

En un partido ajustado, y en el que nuevamente comenzó perdiendo, el Cokeado saco chapa de campeón, lo empató, y por la senda de los penales se metió en la final. La figura… El equipo.

Las acciones comenzaron trabadas, con los dos conjuntos procurando hacerse del balón y de la zona central del campo de juego. El partido en ocasiones se torno de ida y vuelta, pero por momentos se redujo a intentos irrelevantes de ataque por parte de ambos bandos.
La primera llegada clara de peligro la tuvo Mutual. Tras una pelota llovida sobre el área, el delantero ganó la posición y estrelló la pelota en el travesaño, ante la atenta mirada del cancerbero. “Uhhhhh!!!!!!, y salimos”.
Cokeado seguía buscando el partido, pero sin ideas claras. Se repetía en centros, algunos de los cuales pudieron haber terminado en gol. Pero no llegaba a conformar un volumen de ataque que inquietara a Mutual.
En medio de la monotonía, un pelotazo frontal encuentra a la defensa del Cokeado parada en línea. La captura el número 7 de Mutual y se va de cara al arco. El buda lo corre desde atrás y al ver que no llegaba recurre a sus poderes para cometer un claro e imperceptible penal. La historia se repitió en el área del frente. Luego de un par de centros, Tito Busso se encuentra con el balón, y detrás de este una pierna adversaria que le comete un penal grande como la cabeza del redactor. Hasta en eso hubo paridad.
Y si hasta ahí el partido era complicado, las cosas empeoraron cuando, faltando pocos minutos, Cokeado pierde una pelota en ataque y el puntero de Mutual, que hacia instantes había ingresado, se la lleva, pasa a dos defensores y convierte un gol de otro partido. 0-1 y a remar. Ese era el panorama para el equipo Borravino al cabo de los primeros 35 minutos.
En el segundo tiempo, la actitud del equipo fue otra, salió a buscar el empate por cualquier medio. Sabía que podía pasar de equipo invicto a quedar fuera del torneo (como dice Cordera: podemos ser lo mejor y también lo peor con la misma facilidad).
Y el partido fue otro, totalmente distinto al del primer tiempo. Con un Cokeado jugado al ataque, y llevando por delante a su rival. Cuando se pudo jugar se jugó; cuando no, se corrió; y cuando no hubo más piernas, se jugó con el alma (materializada en enormes HUEVOS); para llenar de pelotazos el campo mutualista.
Ya con una línea de tres en clara evidencia de una actitud de vida o muerte, en uno de los tantos centros que llovieron sobre el área de Mutual, salta a cabecear la “bruja” mendocina y cae ante un claro topetazo del adversario. Penal… Gallardo…GOLLL.
1 a 1 ¿Y a ganarlo o a aguantar? Las ideas no eran claras, lo único claro para los jugadores del Cokeado era que cada pelota valía el partido y mucho más, ya sea para ganarlo o para mantener la paridad.
Los minutos finales se tornaron vertiginosos. Mutual se acordó de atacar nuevamente, y Cokeado se defendió con alma y vida, y lo busco de contra hasta el último pitazo (que no fue el de Carloncho).
El partido termino con la sensación que pudo haber sido para cualquiera de los dos. Otra vez el destino puso al Cokeado a 12 pasos de la siguiente instancia.
Nuevamente los pateadores definieron como craks. No les peso en ningún momento definir el partido por el resto de sus compañeros. Y el 1 se vistió de héroe en dos ocasiones. Primero al hacer fallar (previa encandilada) al tercer pateador de Mutual, y luego conteniendo el cuarto penal para que una vez más surgieran los festejos y las corridas del resto del equipo Borravino, que al grito de “¡Cokeado tiene huevos!” se metió de prepo a la final del torneo, llevando por delante a cuanto se cruzó.